Por Cielo Medina
Guillermina Kanonnikoff, una de las víctimas de la dictadura y de Eusebio Torres, expresó que es una satisfacción «decir que por fin hemos sentado jurisprudencia ante un caso tremendo». Con la pena máxima de 30 años de pena privativa de libertad.
La dictadura de Stroessner fue tan grave, tan terrorífico que “hoy sentimos que la justicia, tardó casi 48 años, la edad de nuestros hijos, entonces nos sentimos con esperanza”.
“Los que impunemente y en clandestinidad hacían su trabajo”. Durante el juicio, «Torres negaba enfrente nuestro, frente a los que fueron sometidos por sus látigos, negando que estuvo ahí». Agregó que todos estos años hicieron el esfuerzo de no olvidar cada detalle, cada rostro y nombre de los torturadores.
Por último, explicó que ellos sabían los nombres de quienes les torturaron, a través de investigaciones, pero que Eusebio Torres vivía a la vuelta de su casa. “Jamás me olvidé de su rostro, imposible de que pudiéramos confundirlo con alguien, era uno de los más feroces y aterradores torturadores que teníamos, temblábamos cuando estábamos frente a él. Lo más aterrador fue que él se sentía orgulloso por lo que estaba haciendo, era una persona sin piedad”.