Santa Aurelia, mártir – Siglo XI
El nombre de Aurelia significa, en latín, “oro” y “sol” o, bien, “brillante”, “esplendorosa”.
La santa que hoy recordamos vivió en Anagni, en la provincia de Frosinone, en el siglo XI. Se vincula con su hermana Neomisia, con quien pasó su existencia.
Según el relato de la vida en el Oficio propio de la Iglesia de Anagni, las hermanas Aurelia y Neomisia provienen de Asia Menor y desde pequeñas se dedican a una ferviente vida cristiana.
Una vez crecen, para satisfacer su devoción, visitan lugares sagrados de Palestina y, como muchos cristianos de su tiempo, van, en peregrinación, a los santuarios más célebres de Occidente.
Al partir de Roma, mientras recorren la vía Latina, caen en manos de los sarracenos, antiguas poblaciones de fe musulmana, que se habían asentado en Calabria y desarrollaban una intensa actividad de piratería, para la captura de los cristianos. Los sarracenos, después de haber devastado Calabria y Lucania, asedian a Capua, donde las dos hermanas son raptadas.
Ya que rehúsan hacerse musulmanas y resisten la violencia, son golpeadas con varas hasta casi morir. Un furioso temporal, sin embargo, dispersa a los verdugos y las santas logran huir, continuando su viaje.
Aurelia y Neomisia, al llegar cerca de Anagni, se establecen en una localidad, a los pies de la colina, y allí, después de una vida de oración y de penitencia, mueren en paz.
Sus cuerpos, venerados por los habitantes del lugar y sepultados en un oratorio de la ciudad son trasladados, posteriormente, al monasterio de Santa Reparata, junto a los muros de la ciudad.
Después, el obispo Rumaldo, con ocasión de la visita a Anagni del Papa León IX, hace trasladar los restos a la catedral y, cuando esta es reconstruida, son puestas con honores en la cripta de San Magno, junto a las reliquias de santa Secundina, bajo el altar dedicado a ellas.
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