Santa Adelaida de Borgoña, fue una mujer que demostró que el poder político puede ser un instrumento para el bien común. Nació entre 928 y 933 en el reino de Borgoña, enviudó a los 19 años y la encarcelaron al negarse a un matrimonio forzado.
Tras su liberación, Adelaida se casó con Otón I, quien la convirtió en emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico. Durante su mandato se dedicó a los pobres, a la construcción de Iglesias, monasterios, y apoyó a la evangelización.
Al enviudar nuevamente, retomó el poder como regente de su nieto Otón III, promovió la fe cristiana y la justicia social. Al retirarse a un monasterio, dedicó sus últimos días a la oración. Santa Adelaida falleció en el año 999. Fue canonizada en 1097 por el Papa Urbano II.