San Romualdo, nació en Rávena, Italia, en una familia aristocrática, inicialmente vivió una vida mundana y recibió una educación pagana. Sin embargo, tras presenciar a su padre abatió a un hombre en un duelo, decidió cambiar de vida y buscar consuelo y sentido en la religión, ingresando a un monasterio benedictino.
La tragedia familiar marcó un punto de inflexión en su vida, llevándolo a dedicarse a la vida monástica. En el monasterio, Romualdo se convirtió en una inspiración para sus hermanos, a pesar de enfrentar la hostilidad de algunos.
San Romualdo fundó la Orden de la Camáldula en 1012, buscando reformar la vida benedictina y recuperar el ascetismo. Una visión de monjes vestidos de blanco subiendo al cielo inspiró el hábito de su orden. Su vida estuvo marcada por una intensa lucha contra las tentaciones y una dedicación inquebrantable a la oración y la penitencia, usando la oración «Jesús misericordioso, ten compasión de mí».
En sus últimos años, San Romualdo predijo su propia muerte y falleció el 19 de junio de 1027.