San Antonio de Padua, nació en Lisboa en 1195 como Fernando Martim de Bulhões, se unió a los Frailes Menores Franciscanos y adoptó el nombre de Antonio. Se destacó como orador, el Papa Gregorio IX lo llamó «Arca del Testamento».

 

Entre los milagros atribuidos a San Antonio, uno de los más famosos se trata de una mula, que ante la presencia del Santísimo Sacramento en manos del santo, se arrodilló en señal de reverencia, ignorando el pasto fresco que se le ofrecía. Además, es el santo que tuvo la oportunidad de sostener al Niño Jesús en brazos, simbolizando la ternura y cercanía de Dios.

 

San Antonio de Padua es invocado por aquellos que han perdido objetos, buscan pareja o padecen de la enfermedad celíaca. Su influencia es tanta, que el Papa León XII lo llamó «el santo de todo el mundo».

 

San Antonio falleció el 13 de junio de 1231 a los 35 años, y fue canonizado menos de un año después.