Por Cielo Medina
El director de comunicación de la SENAD, Francisco Ayala, habló del operativo donde redujeron a una importante agrupación criminal, que logró expandirse en el Departamento de Canindeyú gracias a la producción de marihuana. En poco tiempo el cabecilla pasó a ser «el amo del negocio de la marihuana».
Este grupo fue expandiendo su cobertura, administrando una red de pistas clandestinas en todo el departamento, lo que les permitió impulsar también el tráfico aéreo de cocaína y a partir de allí establecer contactos con bolivianos, colombianos, peruanos, brasileños y mexicanos.
Destacó que Felipe «Macho» Acosta, puso en curso el tráfico internacional de armas, con uno de sus socios brasileños en Paraguay, de apellido Picoletto. Este grupo prácticamente no tenía competencia en Canindeyú, “esas personas eran responsables de una serie de asesinatos, era muy complicado por el nivel de violencia y entrenamiento que tenía esta gente”.
Ayala aseguró que un grupo criminal como este no podría haberse establecido y fortalecido, «sin la complicidad de ciertos elementos infieles de los organismos de seguridad, que lastimosamente es una realidad».