Durante la homilía de la misa en conmemoración del 81 aniversario del fallecimiento del Padre Julio César Duarte Ortellado, en la parroquia de San José de Ybycuí, el Nuncio Apostólico, Monseñor Vincenzo Turturro recordó la vida y las obras del párroco, siervo de Dios, que aguarda a ser beatificado.

 

“Recorría las calles de su parroquia, con su sotana negra, los zapatos polvorientos, deseaba mezclarse con sus feligreses, ponerse al lado de los enfermos, sonreír con los jóvenes, dialogar con los campesinos, hijo de este terruño, siempre enamorado de su tierra nativa”, describió el nuncio.

 

Recuerda que el sacerdote, cuando vivía en Roma, expresaba su deseo de volver a Paraguay en cartas dirigidas al padre Bogarín: “quiero llevar a mi Paraguay un gran fuego apostólico y romano, ya tengo muchas ansias de encontrarme en el campo del señor bajo la bandera de la Patria y de la Fe”.

 

Instó a seguir el ejemplo del padre Julio. Buscar la salvación de las almas. Sin embargo, estaba convencido de que era necesario intervenir también en la promoción humana y social de su pueblo, se preocupaba por la salud espiritual y el bienestar social, impulsó la construcción de un hospital para el distrito, hogares, colegios y el arreglo de caminos y puentes.