Evangelio de hoy
MIÉRCOLES DE LA SEMANA 30ª DEL TIEMPO ORDINARIO
Evangelio según San Lucas 13, 22-30
“Allí habrá llantos y rechinar de dientes”
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. Él respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’. Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas’. Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”. Palabra del Señor.
Meditación
La oración y la promesa del Reino. En la oración del Padrenuestro, pedimos al Señor que venga su Reino. Se trata de nuestra responsabilidad de amar a Dios y al prójimo, de “pasar por la puerta estrecha”. Es decir, en esta petición pedimos que el Señor nos ayude a la santidad de vida, por lo cual “La puerta estrecha significa los trabajos y la paciencia de los santos. Así como la victoria atestigua el valor del soldado en las batallas, así también se hace preclaro el que sufre los trabajos y las tentaciones con paciencia inquebrantable” (San Cirilo, alejandrino). Esto importa más antes que “si son muchos los que se salven”.
Más necesario es saber el modo por el cual podría salvarse uno y a quien le ponemos en 1er. Lugar. “Si Cristo dice que él es el camino de la salvación, la gracia y la verdad, si él es el camino único de retorno al Padre para los creen en él (Jn 16,6), hay algunos que se preguntan por la suerte de todos aquellos que han vivido antes de su venida. Respondemos que Cristo es la palabra de Dios por la que se hizo todo (…) que rige el universo espiritual y corporal según la conveniencia de los tiempos y los lugares” (S. Agustín a Deogracias sobre la Resurrección, el tiempo de la religión cristiana, sobre “con la medida con que midieren serán medidos, y otras cuestiones”).
¡El Señor es fiel a su palabra!
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/
Gentileza del Arzobispado de Asunción