Evangelio de hoy
MARTES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA
Evangelio según San Juan 16, 5-11
“Ahora me voy al que me envió”
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: “¿A dónde vas?”. Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré. Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio. El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado. Palabra del Señor.
Meditación
Ante el ataque de Satanás, el Abogado, el Paráclito (Espíritu Santo), demostrará lo contrario a favor de la Iglesia, que:
1) la razón primará a favor de los cristianos, y el error, el pecado, cometieron los judíos, pues los discípulos de Jesús continúan siendo fieles a Él incluso después de su Muerte; así la existencia de la Iglesia rompe argumento de los que no creen en Jesús. 2) la justicia de Jesús y de los que creen en Él: ¿Qué enseña, proclama y vive la Iglesia?, la Resurrección-exaltación de Jesús junto al Padre, Él aún ausente está presente permanentemente. 3) el juicio: la glorificación-exaltación de Jesús es el castigo de Satanás, ya sin poder (“Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel con sus ángeles combatieron contra el Dragón. Y por más que luchó el Dragón junto a sus ángeles, fueron derrotados y expulsados del cielo…” -Ap 12,7ss-), y condena del mundo por haber rechazado y condenado a Jesús.
El Espíritu Santo da testimonio de Jesús dando vida a su Iglesia, recordando el juicio condenatorio de Dios a Satanás y sus seguidores, y que todo se irá cumpliendo pidiendo fidelidad y misericordia a sus discípulos. La sentencia necesariamente será la condena de Satanás y de todos sus seguidores, porque están en contra de la voluntad divina, cayendo en la autorreferencialidad, en la soberbia, en pretender hacer prevalecer lo humano por encima de lo divino. Dios pide que le demos a Él la primacía, para orientarnos según sus designios, confiando en que todo lo que nos enseñó y prometió se cumplirá.
Pidamos la intercesión de nuestro santo paraguayo: San Roque González de Santa Cruz y de sus compañeros mártires: Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo. Como recordamos en nuestro país el día de la santidad, suplicamos al Espíritu Santo para que nos regale todo su Amor para que sigamos creciendo en santidad y agradecer por todos los santos de la historia de la Iglesia. Hasta la santidad no paramos.
Perdón Señor porque fácilmente estamos en contra de tu Iglesia, atacando de alguna manera a algún servidor tuyo que vive radicalmente su fe. Ayúdanos a saber pedir al Paráclito para que nos defienda en momentos complicados de la vida, particularmente ante los ataques más sutiles o radicales contra la vida cristiana. Gracias por defendernos y protegernos, por darnos la luz para el discernimiento y toma de decisiones de cada día. Amén.