La Sra. Rossana Sanabria, madre de una niña de 14 años que se encuentra internada en el Hospital Nacional de Itauguá, denuncia “malos tratos por parte del personal médico” y “condiciones de salubridad paupérrimas”. Explicó que ingresaron el 21 de agosto por una malformación venosa cerebral de su hija.
Llegaron por la noche y le colocaron un catéter para drenar la hemorragia que padecía. El 23 de agosto, la madre ingresó alrededor de las 11 y notó que su hija se movía mucho, le dio miedo de que se cayera de la cama, entonces le comunicó a un médico, y ahí le indicaron que saliera a esperar afuera.
Alrededor de las 14:00 horas, la madre fue informada de que su hija se había arrancado el catéter de la cabeza y se rompió dentro de ella. Debido a esto, tuvo que ser intervenida de urgencia en el quirófano, donde le extrajeron la mitad del cráneo para acceder al catéter roto.
Estuvo intubada durante aproximadamente dos semanas. Cuando la madre la visitó dos semanas después, notó que había moscas volando cerca de la cabeza de su hija y, al tocarla, se dio cuenta de que su mano salió llena de pus y líquido maloliente.
La madre reclamó a un médico la falta de curaciones para su hija, y varios cirujanos se presentaron para atenderla. La niña comenzó a acumular líquido en la cabeza, por lo que se le volvió a colocar el catéter para drenar.
Este sábado, la madre tuvo que gritarle a varias personas porque notó que su hija se veía mal: su cara estaba pálida y su labio blanco, y estaba perdiendo mucho líquido. El médico le comunicó que esta semana retiraría a su hija los antibióticos y que podría llevarla a casa, pero la madre fue tajante al señalar que su hija no se encuentra en condiciones para ser dada de alta.