Conmemoración de todos los fieles difuntos
JUEVES DE LA SEMANA 30° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO
Evangelio según San Lucas 24, 1-8
“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?“
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: ‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día’”. Y las mujeres recordaron sus palabras. Palabra del Señor.
Meditación
“La tradición de rezar por los fieles difuntos se fue desarrollando poco a poco en los monasterios. Y a partir del siglo VII, comenzó a extenderse a toda la cristiandad. Cuando rezamos por nuestros seres queridos difuntos, lo hacemos siempre con fe en la Pascua de Resurrección. La muerte no tiene la última palabra, porque ha sido vencida por Jesucristo” (La Liturgia Cotidiana, 2/11/2021, pág. 25). Aprovechemos este tiempo de Gracia y oremos por nuestros hermanos difuntos, especialmente en este tiempo, teniendo en cuenta los requisitos para alcanzar indulgencias desde el 1 al 8 de noviembre por los fieles difuntos (Cf. Manual de Indulgencias -cuarta edición, 1999-, n. 29 “Concesiones”; y n. 20 “Normas sobre las Indulgencias”).
Los evangelistas no relatan cómo resucitó Jesús. Se centran los cuatro evangelistas en que se encontró la tumba vacía y que se anuncia la Resurrección por mensajeros celestiales, acontecido el “primer día de la semana” (es decir, el domingo). Las mujeres se van para ungir el cuerpo que está en la tumba, pero se encuentran con la sorpresa de que la piedra de dicho sepulcro está corrida, encontrándose ante dos hombres con vestiduras resplandecientes quienes les anuncian sobre la Resurrección de Jesús. Las mujeres recordaron esas palabras de Jesús, llenas de vida, llenas de contenido de amor: Jesús murió y resucitó.
Nosotros creemos en la Resurrección, no en la reencarnación. Respuesta del amor del Padre al amor y absoluta obediencia de su Hijo; acontecimiento que sella el don de la salvación como vida que brota para siempre del amor de Dios. Si Jesucristo no hubiera resucitado, vana es nuestra fe (cf. 1 Cor 15,17). ¿Por qué buscar entre los muertos al que está vivo? Al estar vivo, no está limitado por las categorías espacio-temporales: al mismo tiempo puede estar en todas partes, en cada corazón, en cada persona que le acoja y le viva desde lo más profundo de su ser y quiera ser feliz. El creyente sabe que Cristo está vivo y que para Él nada hay de imposible (cf. Lc 1,37).
Perdón Señor por las dudas que suelen aparecer ante el acontecimiento de la Pascua. Ayúdanos a creer de verdad en Ti y en tu Palabra, viviendo en fidelidad con esperanza de llegar a contemplarte en la Gloria. Gracias porque te das a conocer gradualmente a nosotros para centrarnos en el misterio central de nuestra fe. Amén.