Francisco Ruiz Díaz, presidente del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), señaló que el principal problema del campesinado hoy en día es la falta de títulos de sus tierras, lo que les impide acceder a créditos y los deja fuera del sistema.

“Anteriormente, el concepto de reforma agraria era comprar tierras y ubicar allí al campesino. Esto cambió hacia la década del ‘60, con la influencia de EE. UU., además de tierra, hay que darle condiciones de bienestar material para él y su familia”, explicó.

Recordó que el Plan Nacional Algodonero ayudó a monetizar el campo, que, hasta la década de 1960, se basaba en el trueque. Sin embargo, Andrés Rodríguez discontinuó el plan sin ofrecer alternativas a productores. Fue en esa época en que se fortalecieron los movimientos campesinos.

Desde hace 35 años, la reforma agraria entregó 927 títulos en promedio por año. Al llegar al gobierno, la meta de Ruiz Díaz es entregar 35 mil en todo el periodo.

“Tenemos como cuatro millones de hectáreas de tierra sin titular, lo que le impide acceder a préstamos para financiar su producción. El campesino no conoce lo que es la propiedad privada porque está fuera del sistema”, aseveró.