La Dra. Nancy Garay, jefa de cardiología del Hospital Acosta Ñu, expresó con tristeza el fallecimiento de su primera paciente trasplantada, Liz Ávalos, 12 años después de haber recibido el trasplante. Explicó que no pueden confirmar si la causa fue cardiaca, ya que la joven fue llevada a urgencias sin signos vitales.
No cuentan con información médica precisa, dado que en los últimos tiempos Liz no asistía regularmente a sus controles. De hecho, una semana atrás, tenía programado un control clínico y una tomografía coronaria, pero no acudió a la cita, a pesar de haber prometido asistir tras ser contactada.
Según los familiares, Liz se sintió mal, fue a ducharse y luego se la encontró desmayada en el baño. La llevaron al hospital, pero llegó sin signos de vida. “Con mucho pesar calificamos esta situación como una muerte dudosa, por lo que solicitamos una autopsia para esclarecer las causas”, indicó la doctora.
Garay explicó que los pacientes trasplantados deben seguir un protocolo estricto de control para monitorear su salud cardiovascular. Señaló que en enero de este año Liz fue hospitalizada por una descompensación, de la cual se recuperó favorablemente, pero no volvió para sus chequeos posteriores.
Agregó que Liz, dejó de vivir con su abuela, quien tuvo la tutela desde pequeña, y en los últimos seis meses vivía con su novio. Desde entonces, los controles dejaron de ser regulares, por más que la atención clínica, social y psicológica estaban disponibles.