El forense Pablo Lemir, habló sobre un hecho anecdótico, en el que una mujer con diagnóstico de muerte clínica, según se publicaba en medios locales, no lo estaba y supuestamente presentó signos de vida. Para referirse al caso Lemir dijo “para definir la muerte debemos definir la vida”.
Explicó que, en Paraguay, la muerte encefálica “implica la cesación de la función del encéfalo, el cerebro, que es el asiento biológico de la persona y vida humana”, esto significa que el corazón puede seguir latiendo, el cuerpo sigue trabajando de manera espontánea, «pero la persona ya está muerta, nadie retorna de una muerte encefálica».
También comento que existe la muerte total, que se configura cuando, se da el cese definitivo de las otras funciones vitales. «Entiéndase latido cardíaco y respiración».