El cardenal Adalberto Martínez Flores, durante su homilía de ayer, alertó sobre los peligros de la vanidad y el egoísmo en la vida cristiana, y criticó a los “cristianos de gua’u” que explotan a los más vulnerables.

 

“Les sacan a los pobres todo lo que puedan sacarles”, señaló Adalberto y condenó este tipo de corrupción, describiéndolo como “el peor robo y corrupción”, cuando se arrebata a los más necesitados para enriquecerse o enriquecer a otros.

 

En otro momento, en forma de autocrítica, subrayó que una tentación presente en la Iglesia misma es la de pensar que ciertos miembros son más importantes que otros, generando jerarquías artificiales dentro de la comunidad. En sus palabras, “algunos todavía piensan que en la Iglesia existen esas jerarquías de lo que está más alto o más bajo”.