El viceministro de Seguridad Interna, Óscar Pereira, reconoció que el departamento de Inteligencia de la Policía emitió una alerta 3 horas antes de producirse el asalto con explosivos en la sucursal de Bancop en Naranjal (Alto Paraná).
Sin embargo, la referencia era el departamento de Itapúa, en la zona de Mayor Otaño, distante a más de 86 kilómetros de donde finalmente se llevó a cabo el robo. Pereira explicó que la alerta sí acertó en cuanto a la cantidad de personas y a los explosivos que se iban a utilizar. Se reforzó la zona, pero el hecho tuvo lugar en otro sitio. Esto despertó sospecha de complicidad por parte de efectivos.
Al menos 10 personas, a bordo de dos vehículos, llegaron hasta la sucursal bancaria en la madrugada del jueves. Desarmaron y redujeron a un guardia de seguridad y reventaron la bóveda con dinamita en gel, dejando intacto el cajero automático. La cifra de lo robado asciende a G. 2.800 millones, en moneda local, dólares y reales.
Uno de los automóviles utilizados en el hecho fue hallado en el cauce del río Yñaró, a unos 20 kilómetros del sitio donde se perpetró el asalto. Se trata de un vehículo de la marca Toyota, cuya chapa correspondería a otro automóvil.
A la hora en que se produjo el hecho, el personal policial de Naranjal se encontraba dando cobertura a un transportador de caudales. Solo hay tres policías por turno para resguardar toda la ciudad. “Es una falencia innegable que la Policía no cuenta con suficiente fuerza efectiva para dar cobertura a ese tipo de servicios. En diciembre van a egresar 5.000 nuevos agentes para comisarías de todo el país. La policía debería contar con 70 mil hombres, según estándares internacionales y ahora no tiene ni 28 mil”, expresó el viceministro.