La doctrina nuclear del Kremlin prevé ataques con tecnología nuclear, aun cuando los ataques a Rusia no sean directamente con la misma proporción destructiva (armas convencionales).

A 1000 días del inicio del conflicto armado entre Ucrania y Rusia, surge este decreto de Vladímir Putin, tras la autorización de los Estados Unidos para que Ucrania pueda disponer de los misiles de largo alcance en territorio ruso.