San Juan de Capistrano, un destacado fraile franciscano y defensor de la fe, nacido en 1386 en Capistrano, Italia. Hijo de un noble alemán, Juan comenzó su carrera como abogado y juez, incluso sirviendo como gobernador de Perugia. Sin embargo, a los 30 años, una visión de San Francisco de Asís lo llevó a dejar su vida secular y unirse a la Orden de los Frailes Menores.
A lo largo de su vida, San Juan se destacó como un ferviente predicador y misionero, viajando por Europa y defendiendo la espiritualidad franciscana. Fue conocido por su lucha contra el «fraticismo», una herejía que distorsionaba el mensaje evangélico. Su compromiso con la fe lo llevó a ser apodado “Columna de la observancia” y a convertirse en uno de los principales reformadores de su orden.
Uno de los momentos más heroicos de su vida ocurrió en 1456 durante el Sitio de Belgrado, donde lideró a las fuerzas cristianas contra los otomanos. Al alzar la cruz y animar a los combatientes con fervor, contribuyó a la victoria cristiana en una batalla crucial. Sin embargo, poco después, una peste que asoló la región lo llevó a la muerte el 23 de octubre de 1456, a la edad de 70 años.
Canonizado en 1690, San Juan de Capistrano fue declarado patrón de los capellanes militares en 1984, recordando su legado de fe y valentía en la defensa de la cristiandad. Su influencia perdura, reflejada en la misión franciscana que lleva su nombre en California, símbolo de su espíritu evangelizador.