Hoy recordamos a cuatro jesuitas que se santificaron mediante su labor en misiones rurales de Europa: San Bernardino Realino, San Francisco de Gerónimo, el Beato Julián Maunoir y el Beato Antonio Baldinucci, quienes vivieron entre los siglos XVI y XVIII.

 

San Bernardino Realino nació en 1530 en Carpi, Italia. Tras estudiar medicina, se inclinó por el Derecho, ejerciendo importantes cargos públicos en España.

 

Posteriormente, conoció a los jesuitas en Nápoles, ingresó en la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote.

 

Fue enviado a Lecce, donde fundó un colegio jesuita y se dedicó a la enseñanza y a la confesión, en ese entonces, tuvo una visión de la Virgen María entregándole al Niño Jesús, lo cual reforzó su devoción mariana.

 

El 2 de julio de 1616 parte a la casa del Señor y en 1947, fue canonizado.