En una comunidad Mbyá Guaraní, cerca de Caaguazú, existe una escuela con 120 indígenas que están terminando el tercero de la media. Son jóvenes llenos de sueños, que tienen la intención de continuar con sus estudios en una universidad y es “una pena que no haya un programa para estos jóvenes”, lamenta la antropóloga y docente de la Universidad Católica, Marilin Rehnfeldt.
“En algunos casos, consiguen ir a Coronel Oviedo, hay una residencia universitaria”, relata la docente; sin embargo, suelen tener solo dos o tres cupones para los alumnos. En este momento hay 12 alumnos estudiando en esta casa de estudios.
Lastimosamente, no existe un programa serio de becas, “Itaipú no se plantea más que unos pocos cupos para indígenas”, señala Rehnfeldt. Ante la falta de oportunidades en sus comunidades, migran a las zonas urbanas; y lo que parecía un sueño de la ciudad de estrellas, la mayoría de las veces termina en una realidad adversa y muy cerca de la marginalidad.
Mientras tanto, el Instituto Paraguayo del Indígena, no demuestra el verdadero interés en elaborar programas de estudio para impulsar a estos jóvenes estudiantes y mejorar su estilo de vida; con un Presidente que, sin empezar su gestión, ya admite desconocer la realidad de estos pueblos. ¿Qué pasará con el futuro de estos jóvenes? ¿A dónde vamos a parar?, se preguntó la docente.