Por Cielo Medina
Leticia Vargas, presidenta de la organización Kuña Pope, comentó que todo empezó el 25 de febrero cuando una de sus miembros tomó el pedido de un hombre, supuesto Ignacio, que pedía conductora mujer. Una persona que tiene antecedentes por coacción sexual desde el 2017.
El viaje era a las 4 de la mañana, hasta la calle Campo Vía, en San Lorenzo. 15 minutos después, «la compañera se reportó llorando, dijo que fue víctima de un intento de abuso y todas acudimos hasta ella». En principio se sintió avergonzada y no quiso denunciar, pero luego aceptó.
Fueron hasta la comisaría e hicieron las denuncias de los hechos, y al día siguiente pasó a fiscalía, pero no paso nada. “Como tenemos colegas que viven en el área, y ellas empezaron a notar que esta persona todas las madrugadas hacía las solicitudes entre las 2 de la madrugada hasta las 6 de la mañana, utilizando siempre perfiles diferentes”.
Se pusieron a pensar que podría haber más víctimas y se reunieron para pensar en el operativo «captura a este presunto violador». La última compañera víctima de este sujeto no había recibido ninguna ayuda, “diría que fue indignante el trato que ella recibió en la comisaría cuando efectuó la denuncia, básicamente le dijeron que era su culpa por salir en ese horario”.
El operativo duró 22 días de ronda, aceptando viajes, para ver si se subía el sujeto, «hasta que ayer domingo a las 2 de la mañana acepta el viaje y se sube al móvil de la compañera y le vuelve a dirigir a la misma calle». Cuando intenta proceder llega toda la comitiva, «pudiendo capturar a la persona. Llamamos a los oficiales que llegaron 30 minutos después».
Ellas tomaron esta decisión por miedo a que otras compañeras cayeran en manos de esta persona, contó que más allá de que los oficiales no les ayudaron y que la fiscalía no les acompañó, “decidimos tomar esta medida para que esta persona caiga y no siga abusando de las conductoras”.