Santa Matilde, fue la primera reina de Alemania, durante el siglo X, apoyó la construcción de numerosas iglesias y monasterios.
Desde su infancia, Matilde fue educada en los valores cristianos por las monjas del convento de Erfurt. Contrajo matrimonio a temprana edad con Enrique I, quien más tarde asciende al trono como rey, convirtiendo a Matilde en reina.
Tras la muerte de Enrique, Matilde se vio envuelta en conflictos familiares cuando su hijo Otón I fue declarado emperador.
Su hijo le acusa injustamente de conspiración y de posicionarse del lado de su hermano, quien no apoyaba su ascenso. De esta manera, la destierra del palacio.
Posteriormente, se refugió en un monasterio, dedicó su tiempo a la oración y la labor monástica, implorando por la reconciliación entre sus hijos.
Finalmente, sus hijos la acusan de robar parte del tesoro y Matilde sigue refugiándose en la oración.
Después de demostrar su inocencia, logró reconciliarse con sus hijos.
Matilde falleció el 14 de marzo de 968. Y fue canonizada en 1255 por el Papa Inocencio III.