MARTES DE LA SEMANA 15° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO
Evangelio según San Mateo 11, 20-24
“La tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaum, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”. Palabra del Señor.
Meditación
En esta escena Jesús se lamenta porque acontecieron tantos milagros en ciudades de Galilea, como Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm, pero sus habitantes no escucharon ni entendieron. El evangelista se dirige a cristianos que provienen del judaísmo, y les cala profundamente porque se entiende que fue una misión estéril que se realizó en su antigua patria, y comprenden como un rechazo de Israel al Evangelio. Son como advertencias, y un gran llamado a la fe y a la conversión. Porque también si estamos atentos, nos daremos cuenta de que siempre Dios está actuando en nuestra vida ordinaria y, en ocasiones, hasta extraordinariamente, y parece que no valoramos. Puede pasar que con nuestra forma de ser estemos rechazando el Evangelio y lo que implica vivir la Buena Noticia.
Estos milagros nos indican la acción del Espíritu Santo que da la victoria sobre Satanás, de la gran misericordia de Dios que invita al extraviado a volver a la casa paterna, gestos y palabras, que serían un gran llamado para que las ciudades más impías hagan penitencia. Aunque la mayor responsabilidad caerá sobre Cafarnaúm, porque Jesús estuvo más tiempo ahí y obró maravillas en sus habitantes anunciando la llegada del Reino de Dios.
Pero recrimina, increpa, echa en cara a los habitantes de aquellas ciudades porque no se habían convertido, ya que hizo tantos milagros y enseñó su hermoso mensaje, sin embargo, lo rechazaron. Nosotros también estamos llamados a mirarnos y evaluarnos ante la Presencia de nuestro Señor en medio nuestro a lo largo de nuestra historia. En ese sentido, Paraguay, tierra de María, tiene mayor responsabilidad que otros pueblos. Acoger a Jesús tiene sus consecuencias en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Y lo ideal es que posteriormente se viva como cristiano, y no se diga ser cristiano y se continúe viviendo como pagano. Le pedimos al Señor que no endurezcamos el corazón, sino que escuchemos la voz del Señor (cf. Sal 94,8).
Perdón Señor porque muchas veces te pudimos haber rechazado, con la resistencia a la verdadera conversión. Ayúdanos a cambiar nuestra vida llevándote siempre y a todas partes, al comprender que desde el Bautismo “ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2,20). Gracias por vivir en nuestra patria, tierra Tuya y de María, donde obras maravillas en cada corazón de tus humildes servidores, quienes agradecemos por bendecir este país. Amén.